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El tonto que fue viernes

septiembre 11, 2015
Ya que al «Club de los Viernes» le gusta tanto lo anglosajón, empezamos con una propuesta inglesa, pero ésta buena; es decir, de signo contrario al suyo.

Ya que al «Club de los Viernes» le gusta tanto lo anglosajón, empezamos con una propuesta inglesa, pero ésta buena; es decir, de signo contrario al suyo.

Antes de la guerra, cuentan, era costumbre de los masones de poca monta (había unos pocos de mucha, pero ésos no salen en nuestra historia de hoy) reunirse los viernes a comer jamón. En su ánimo sacrílego, mientras esperaban tiempos mejores en que las llamas devorasen los templos cristianos, se contentaban en violar así la abstinencia y la ley de la Iglesia, escarneciendo privadamente la pasión y muerte del Redentor.

No creemos que sea ése el propósito de los promotores ovetenses del «Club de los Viernes», nueva ocurrencia del sector tonticulto de la derecha local. Al fin y al cabo, entre sus responsables se encuentran sedicentes «católicos». Pero se empeñan en reunirse los viernes a cenar: y nos cuentan que distan de ser unánimemente piscívoros o vegetarianos. Así que obtienen parecido resultado al de aquellos languidecientes masones de antaño. No sólo en cuanto a la abstinencia.

La ignorancia religiosa de los que entre ellos aún se piensan católicos (o de los que oportunistamente se arriman a ellos, como el representante en Oviedo del micropartido «Vox») va pareja con la ignorancia política, filosófica e histórica que exhiben. El deslumbramiento por modelos extranjeros que ha caracterizado siempre a los liberales (y los del «Club de los Viernes» repiten, conjugan y declinan el término «liberal» cada otras dos palabras) se concreta en éstos de aquí en una desmedida afición anglosajonizante y judaizante.

El «Club de los Viernes» se intenta implantar en una ciudad como Oviedo, donde a principios del siglo XIX el liberalismo apareció por primera vez, entonces sin máscara: imponiendo el terror, el encarcelamiento masivo, el pillaje y el asesinato, en nombre de «la Libertad». Pero la paleta derecha ovetense no tiene memoria.

De las tenidas masónicas, o más bien de las reuniones «discretas» de las asociaciones de inspiración masónica «light» —tan anglosajonas ellas, el Rotary y el Lions Club—, a los de los Viernes se les ha contagiado no sólo lo de «club», sino también el secretismo: «El Club se reunirá un viernes de cada dos a propuesta de cualquiera de sus miembros, que convocará al resto por email, proponiendo así mismo el lugar en el que se celebrará la reunión. Tras cada reunión se redactará nota de prensa para los medios de comunicación a fin de hacer accesible al público y dar difusión a las conclusiones y a los principios inspiradores del Club», dice su página web. O sea: nos reunimos en secreto, violamos la abstinencia de los viernes, y nos hacemos publicidad luego.

Un «Club de los Viernes» que en su página de Facebook dice ser un «Movimiento por la defensa de las libertades civiles, el derecho de propiedad y el Estado limitado». Ese calco del inglés de las civil liberties viene acompañado de multitud de citas de autores extranjeros, casi todos anticatólicos y a menudo abiertamente anticristianos, como la sociópata judía que se hacía llamar Ayn Rand. Pero, ¿qué puede esperarse de unos ovetenses tan ocurrentes que encabezan la página de su «Manifiesto» citando a dos insignes masones, John Locke (ellos escriben «Jonh»; y es que casi todos los anglosajonizantes manejan un inglés muy elemental) y Benjamin Franklin, ambos, por cierto, violentamente anticatólicos? Aparte de que el capitalismo (el liberalismo económico) tiene el mismo respeto por el derecho de propiedad que «La Auxiliar de Recaudación S.L.» de Gabino de Lorenzo & Cía. (por poner un ejemplo).

Locke, un tonto ilustrado (pero los tontos no carecen de malicia).

Locke, un tonto ilustrado (pero los tontos no carecen de malicia).

Un «Manifiesto», como era de esperar con tales maestros, que so máscara de libertad va punto por punto contra la doctrina social de la Iglesia, contra la constitución histórica de España, contra la constitución natural de la sociedad, contra la recta razón.

Una lectura necesaria...

Una lectura necesaria…

Claro que en su página web también proponen definitorios enlaces a otras: desde a los ultraliberales furiosos del «Instituto Juan de Mariana» (el Juan de Mariana histórico los habría denunciado a la Inquisición) hasta a chiquilicuatres agringados como «Students for Liberty España» (sic) o «Think Tank Civismo» (también sic). Ignaro desprecio de lo propio y admiración abyecta de lo ajeno.

Así que la paleta derecha ovetense se pretende ahora redneck con ínfulas de gentlemen (en el sentido calvinista de este término).

... Aunque a lo mejor la prefieren en inglés.

… Aunque a lo mejor la prefieren en inglés.

El liberalismo es pecado. Comer carne los viernes, también. De tontos es decir —y pensar— en (mal) inglés lo que puede decirse —y pensarse— en español. Y la tontería da mucha risa, además de un poco de pena.