LAS LIBERTADES hace suya y extiende a sus lectores la felicitación navideña de la Jefatura Regional de la Comunión Tradicionalista del Principado de Asturias:
La Comunión Tradicionalista del Principado de Asturias y sus asociaciones les desean una santa y feliz Navidad.
Que el Niño Dios que nace en Belén nos ayude a salvar a la Patria y nos traiga el retorno del Rey legítimo.
Cristo Resucitado (1645-1646), por Luis Fernández de la Vega (Llantones, Leorio, Gijón 1601 – Oviedo 1675). Actualmente en el Museo de Bellas Artes de Asturias, Oviedo
LAS LIBERTADES desea a sus lectores, correligionarios y amigos una santa y feliz Pascua de Resurrección.
El pasado domingo era el primero de Cuaresma. El día anterior, Sábado después del Miércoles de Ceniza, sufrió Oviedo el «gran desfile del Carnaval». El domingo continuaban (y finalizaban, gracias a Dios) en la ciudad los festejos del «Carnaval» instituidos por el Ayuntamiento presidido por el «católico» Alfredo Canteli y gobernado por la coalición del Partido Popular y de Ciudadanos.
Como hace unos días señalaba LAS LIBERTADES en las redes sociales, el Carnaval termina cuando empieza la Cuaresma. Por lo que el Ayuntamiento de Oviedo, organizador de esta artificial carnavalada, desprecia y escarnece la religión e impide a los cristianos el recogimiento propio de este tiempo; se burla del Miércoles de Ceniza (que fue el pasado 2 de marzo, no se olvide) y de nuestra ciudad, además de convertir a Oviedo en objeto de mofa.
Este disparate sacrílego no es nuevo. El Carnaval (o, como algunos pretenden, el Antroxu) murió hace muchos años. Murió porque dejó de observarse estrictamente la Cuaresma, que antaño era tiempo de verdadera penitencia. Desaparecida ésta, el Carnaval dejó de tener sentido. Nunca había sido festivo oficial ni escolar, ni estaba organizado por los poderes públicos. Era espontáneo y popular, y en nada se parecía a las actuales carnavaladas municipales.
Los primeros ayuntamientos «democráticos» en manos de la izquierda decidieron reinventar el Carnaval, decretando, promoviendo y financiando estos jolgorios que son mezcla de fiesta infantil estadounidense, imitación cutre de Río de Janeiro y desfile del Orgullo sodomita. En Asturias fueron pioneros los de Gijón y Avilés, en manos del PSOE y de su muleta el PCE (más tarde Izquierda Unida). Pero al menos respetaron las fechas: el Martes de Carnaval se acababa la cosa.
Los de la derecha los imitaron, por supuesto. Y los ayuntamientos asturianos en manos del Partido Popular invadieron tranquilamente la Cuaresma con sus carnavaladas. Los más caracterizados, como eran los de Villaviciosa y Oviedo.
Alguno dirá que se hacía con el fin de promover el turismo, separando las fechas de «su» Carnaval de las de los concejos vecinos. Si fuera así sería ya bastante malo, por el profundo desprecio a la religión que denotaría. Pero no es sólo eso, como queda demostrado con mirar a las atrocidades que el Ayuntamiento de Oviedo perpetra durante las Navidades. Veamos las últimas.
Desfile de Santa Claus, renos y elfos, por las calles de Oviedo el día de Nochebuena de 2021. ¿Se puede caer más bajo? (Foto Paco Paredes / EFE)
La estrella ovetense de las pasadas Navidades fue… ¡Papá Noël! O eso decían el Ayuntamiento y los medios del régimen, porque siempre confunden el francés Papá Noël con el estadounidense Santa Claus. (En su descargo cabe decir que muchos franceses de hoy también los confunden). El Oviedo que sufre a Alfredo Canteli sufrió también hasta un desfile de Santa Claus, en plan versión pueblerina de Nueva York. «La idea es dinamizar la ciudad, su comercio y su hostelería», dijo la concejal del PP Covadonga Díaz, y subrayó que hay desfiles similares en otras ciudades (en otras ciudades en manos del extranjerizante PP). Por su parte, la concejal de Vox en el consistorio, Cristina Coto, acusó a Canteli de secularizar la Navidad ovetense: «Nos sorprende que Canteli, autodeclarado católico, secularice la Navidad ovetense con el desfile de Papá Noël». A la hora de entrar en detalles, la de la marca verde del PP no pudo, o no quiso, evitar caer en el ya manido sociologismo para sostener su acusación: «la religión mayoritaria en España es la católica». Resulta hasta divertido leer a Cristina Coto de la Mata criticar lo de Santa Claus. Porque antes de estar en Vox estuvo en FAC (Foro Álvarez-Cascos, alias Foro Asturias de Ciudadanos) y antes de eso en el Partido Popular, que abandonó el mismo año que Gabino de Lorenzo dejó la alcaldía de Oviedo. Y fue Gabino de Lorenzo, precisamente, quien secularizadoramente introdujo a Santa Claus (Papá Noël para sus adeptos carbayones) en las Navidades de la ciudad. Claro que él, adalid de la horterada, puso en las calles un trineo de Santa Claus… eléctrico. El de Canteli estaba tirado por renos de verdad. Si es que no se ahorran medios para que Oviedo sea cada vez menos ovetense.
También resultaría casi divertido, si el asunto no fuera tan serio, oír a la concejal de Vox quejarse de la secularización. Ella, que ha dado ejemplo de cristiandad «casándose» ante notario; que eso del sacramento está muy visto… Claro que en esto de la burla del sacramento, Alfredo Canteli también compite. Poco después de su elección, el «católico» alcalde ofició con gran pompa y boato y grandes muestras de satisfacción un «matrimonio» de sodomitas. Del PP, por supuesto.
Dejamos para otra ocasión ampliar el asunto con las relaciones aparentemente cordialísimas que estos consistorios de derechas mantienen con el Arzobispado. Su titular, Fray Jesús Sanz, sacó hace pocos días una de sus cartas semanales, dedicada al conflicto de Ucrania. Pide en ella no perderse en «batallas ideológicas», pero los términos en que se refiere a los implicados parecen sacados de las soflamas del PP o de Vox. No es la primera vez. A lo mejor en este liberalismo y esta extranjerización comunes reside el secreto de tan buen entendimiento con la derecha laicista.
Por tratarse del patrono de los arqueólogos, éste era uno de los dos días al año (el otro era el aniversario de la fundación del Tabularium Artis Asturiensis) en que mientras vivió, o mientras físicamente pudo, el sacerdote don Luis Piñera (+8 de septiembre de 2012) se celebraba «legalmente» la Santa Misa tradicional, la Misa de siempre, en la Capilla del Rey Casto de la Catedral de Oviedo. Las buenas relaciones de Joaquín Manzanares (+18 de junio de 2003), fundador del Tabularium, y el completo desprecio que don Luis Piñera sentía por los ocupantes de la Corrada del Obispo se unían para facilitar a los ovetenses esas raras ocasiones.
D. Luis Piñera Villar, pbro.
No eran las únicas, pero sí las únicas regulares. Como en LAS LIBERTADES hemos apuntado en alguna otra ocasión, a pesar de la persecución contra la Misa de siempre desde la promulgación en 1969 del Novus Ordo, los católicos fieles —sacerdotes y seglares— se las arreglaban mejor antes de que algunos pusieran su confianza en papeles mojados en forma de motu proprio, fuese éste Ecclesia Dei, Summorum Pontificum o Traditionis Custodes. El derecho absoluto que asiste a todo fiel católico de asistir (o celebrar, en el caso de los sacerdotes) al Santo Sacrificio de la Misa y de recibir los sacramentos según el rito romano tradicional no reconoce limitaciones, aunque éstas vengan de la supuesta autoridad.
Mañana es el tercer Domingo de Adviento, el domingo de Gaudete (¡alegráos!). Que pronto tengamos la alegría de la desaparición de la llamada nueva misa, ese Novus Ordo protestantizante de «eucaristías presididas por», que ha apartado de la Fe a la inmensa mayoría de los católicos.
En Gijón, los actos por los Mártires de la Tradición se celebran este año el miércoles 22 de marzo. Santa Misa segu… twitter.com/i/web/status/1…1 hour ago