No defraudó las expectativas la conferencia de Juan Oltra Ferrandis, del Círculo Cultural Alberto Ruiz de Galarreta, «Cristo Rey. Naturaleza de su reinado», transmitida en directo desde Valencia el pasado sábado 2 de diciembre. Los que la siguieron desde la sede ovetense del Círculo Cultural Juan Vázquez de Mella salieron satisfechos e impresionados de la clara exposición y la erudición del conferenciante. Otro tanto manifestaron varios de quienes la escucharon mediante una plataforma de Internet, cuyo enlace había facilitado el Círculo Vázquez de Mella a los que lo solicitaron.
Por nuestra parte destacamos el carácter político, en el recto sentido del término, de la festividad instituida en 1925 por el Papa Pío XI mediante su encíclica Quas primas, que fijó la celebración en el último domingo del mes de octubre. Por contra, el Novus Ordo (la nueva liturgia posvaticanosegundista) lo cambió a un vaporoso «Cristo Rey del Universo», expulsado del mundo y relegado al último domingo del año litúrgico. (Los tradicionalistas, naturalmente, celebran a Cristo Rey en la fecha original, no en la nueva, y con su sentido original también). El conferenciante explicó bien este y otros aspectos: Cristo Rey no es una devoción particular, ni una advocación meramente piadosa u opcional. Cristo Rey es un dogma. Y un dogma de consecuencias políticas, sociales y jurídicas que no se pueden obviar.
El periódico La Esperanza publicará en breve un resumen completo de la conferencia, que LAS LIBERTADES compartirá, Dios mediante.
Bajo el título «Cristo Rey. Naturaleza de su reinado», el sábado 2 de diciembre de 2023, a las 11:00 (once de la mañana, D.m.) pronunciará una conferencia don Juan Oltra Ferrandis, del Círculo Cultural Alberto Ruiz de Galarreta (Valencia). Se transmitirá telemáticamente al Círculo Cultural Juan Vázquez de Mella de Oviedo, Plaza Primo de Rivera, 1, oficina 10 A, donde se visualizará mediante proyector en pantalla grande y se podrá intervenir directamente en el coloquio posterior.
Quienes no puedan asistir en persona, pueden solicitar enlace de Jitsi Meet enviando su nombre y apellidos al correo electrónico tradicionastur@yahoo.es
Las esperanzas en el triunfo de Cristo Rey. El Sagrado Corazón.
El obligado combate por Cristo Rey.
María Santísima. Reina de todo lo creado.
SÁBADO 02 DICIEMBRE 2023 – 11:00 A.M. CRISTO REY. NATURALEZA DE SU REINADO Conferencia de Juan Oltra Ferrandis CÍRCULO CULTURAL JUAN VÁZQUEZ DE MELLA Plaza Primo de Rivera, 1. Oficina 10 A OVIEDO
Nota de la Diputación Permanente de la Junta Carlista del Principado de Asturias:
En la víspera de la Natividad de Nuestra Señora, fiesta de la Santísima Virgen de Covadonga, los carlistas asturianos volvemos a recordar lo que debería ser obvio: que el ocho de septiembre es eso, la fiesta de la Santísima Virgen de Covadonga, la Santina, la Patrona de Asturias. No es ni puede ser —por más que se empeñen los políticos parásitos— un «Día de Asturias» secularizado, laico y absurdo, mediante el cual esos políticos parásitos y sus cómplices intentan hacer olvidar el sentido verdadero de esta fiesta.
Asturias es católica y mariana, le pese a quien le pese. La Natividad de Nuestra Señora es una de las fiestas más antiguas de entre las dedicadas a la Madre de Dios. El catolicismo asturiano, gracias a la Reconquista, es el más antiguo de España; la festividad del ocho de septiembre es la de la patrona de los más antiguos santuarios marianos de nuestra región, no sólo el de Covadonga.
La «comunidad autónoma» y la casta de los políticos que la desgobiernan; que saquean y empobrecen a Asturias y a los asturianos; que ignoran los verdaderos intereses de la región y la perjudican cuanto pueden, no tiene nada que celebrar el ocho de septiembre. No debería permitírseles oscurecer la fiesta de Covadonga con sus ridículas celebraciones, laicas, cutres, afrancesadas; ni con sus no menos ridículas «Medallas de Asturias» y «filiaciones» predilectas y adoptivas, a cuál peor. No representan a la verdadera Asturias. No son hijos de la Santina.
Ante la nueva convocatoria de elecciones generales en España, esta vez el día 23 de julio de 2023, parece oportuno recordar no sólo la ilegitimidad del régimen que las convoca, sino también la absoluta falta de representatividad de sus eventuales resultados. La ficción del sufragio universal, sumada a la normativa electoral vigente —diseñada para mantener en el poder a una oligarquía preexistente, sometida a su vez a intereses extranjeros— y a presiones y malas prácticas de todo tipo alejan cualquier apariencia de juego limpio. Aunque fuera legítimo jugar con el futuro de España y de los españoles.
El Régimen del 78 busca un cambio de ropajes. La nula diferencia entre los partidos políticos y coaliciones de ámbito nacional, sin embargo, nunca ha resultado más evidente. Lo mismo puede decirse de sus aliados separatistas. Examinadas las candidaturas al Congreso y al Senado proclamadas en todas las provincias, no hay una sola de la que no pueda decirse que es parte de ese régimen que conduce a la sociedad española a una situación cada vez más angustiosa.
La única opción eficaz, moral y razonable parece, pues, la abstención. El rechazo efectivo a este régimen ateo e infame, antinatural e impracticable.
Recibimos el siguiente artículo de Xuan Begana, que con gusto compartimos en LAS LIBERTADES por estar de acuerdo en lo fundamental, más allá de alguna discrepancia terminológica (véase, por ejemplo, nuestra entrada Verdadero y falso asturianismo; en el artículo de hoy se trata del falso asturianismo, evidentemente) y de apreciación (hoy el falso asturianismo vuelve a dejarse cortejar por la derecha, como Foro y PP, partidos en los cuales la masonería está seguramente tan presente como en los de izquierda; y hasta en Vox se puede rastrear su influencia).
El asturianismo político es un movimiento socialmente insignificante y hasta ridículo en sus resultados electorales. En él cohabitan dos principales tendencias: a) el ala más radical, de izquierdas, y con no pocos elementos separatistas; y b) el ala «de la llingua», que suele desconectar de cualquier problemática social y económica, y que se obsesiona casi única y exclusivamente por la cuestión de la oficialidad de la «lengua asturiana» o bable, que quieren alcanzar por encima de todo.
El pueblo asturiano lleva décadas dándole la espalda a tales sectores minoritarios que, en lo sustancial, han demostrado muy poca cordura en sus discursos y han servido más bien como caniches del PSOE e IU (actualmente son apenas un sector periférico de Podemos). El Principado de Asturias arrastra ya de por sí suficientes problemas como para que la gente, en su sentir mayoritario, se deje arrastrar por nuevos espacios y motivos de conflictividad. Bastante ya tienen los asturianos con el envejecimiento de la población, su desertización productiva, la enorme carga social de los «parásitos», esto es gente en edad de trabajar, pero con perpetua vocación por ser subsidiado de por vida. Bastante con los incendios, la contaminación, etc. Los separatistas y los actuales «bablistas» no ofrecen ningún remedio creíble, ni siquiera dan una imagen seria, unida, convincente. El asturiano medio, no ideologizado, ve en ellos, los «asturianistas políticos», a una especie de conjunto circense en donde hay de todo. Hay acróbatas, artistas del «alambre», pero abundan los payasos.
Lo peor para el asturiano medio, agobiado por una crisis y marasmo económico y social terribles, que se prolongan desde 1975, es observar que un sector minoritario le está intentando robar su identidad. Lo más destacable de la identidad asturiana está en su pasado: Asturias es la cuna de España. En esa región surgió el primer reino hispánico libre, que alzó la Cruz contra la invasión islámica. Los Reyes Caudillos astures, desde Don Pelayo hasta Alfonso III, pero también los reyes sucesores de éstos (los de León, Castilla, Portugal…) fueron reyes católicos cuyo empeño no fue otro que el de limpiar el suelo patrio de la invasión sarracena.
El papel destacado que tuvo la Batalla de Covadonga en la conformación de la identidad asturiana (allí nace ésta precisamente, a la par que la española) es un tema que la masonería quiere ocultar, cuando no combatir agresivamente. Fue Covadonga un hecho de armas y un milagro mariano. Fue el origen de Asturias y el origen de España: se podría decir que la primera «nacionalidad» de los españoles fue la asturiana.
Pero la masonería se empeña en atacar todo cuanto suene a católico y a español. Conspira y urde complots sin cesar, se infiltra por doquier.
Los más destacados líderes del «asturianismo político» son masones. Llevan años sepultando fechas, fiestas y elementos de nuestra identidad. Ahora, en lugar del día de la Santina (8 de septiembre), y conmemoración de la victoria asturgoda sobre los moros, hablan del 25 de mayo (la sublevación contra Napoleón), como fiesta regional.1 En lugar de la Monarquía Astur y los Reyes Caudillos, hablan del bable como (casi) única seña de identidad. Bable que es querido y hablado por muchos de nosotros,2 pero que no puede compararse a las egregias figuras de don Pelayo y los Reyes Caudillos, como estandartes de la asturianía.
Faustino Zapico, de ideología comunista, fue uno de los líderes del minúsculo «asturianismo político». Además de profesor de secundaria ahora es concejal de Izquierda Unida en un pueblo de la Cuenca Minera. Abiertamente, el líder «asturianista» se reconoce masón y es Gran Maestre: https://elfrancmason.com/nace-en-gijon-la-confederacion-internacional-de-logias-escocesas/
Se entiende el rechazo de este «asturianismo» de izquierdas a lo que ellos llaman, peyorativamente, «covadonguismo». La masonería es enemiga declarada de la Iglesia Católica y ésta, a su vez, ha condenado repetidamente a estas organizaciones iniciáticas y secretas, que nacieron con el fin de difundir el ateísmo y destruir la civilización cristiana.
—Soy masón, sí, sí. Veintidós años llevo en la masonería. —Ah, no lo sabía. ¿En qué logia estás? —Mi logia se llama El Trabayu. Estamos en Gijón. La llamamos así en homenaje a una que funcionó en Trubia de 1872 a 1892, que era la logia El Trabajo; una logia de obreros de la fábrica de armas. Eran veintiocho obreros y un médico, y eran todos del Partido Republicano Federal. Bueno. Nosotros estábamos en El Derecho Humano, que es la organización internacional. La masonería, normalmente, se rige por organizaciones de ámbito estatal: la Gran Logia de España, que solo admite señores y creyentes; la Gran Logia Simbólica Española, que es mixta y es donde yo empecé de aprendiz; la Gran Logia Femenina, solo mujeres… El Derecho Humano es internacional. Nace en Francia en 1893, pero se extiende por todo el mundo. Y es mixta. Estábamos ahí, como digo, pero a finales del año veintiuno rompimos; se rompió la federación por la mitad. Y varias logias que quedamos por ahí montamos una nueva organización que se llama Confederación Internacional de Logias Escocesas. —Cielos. Quien dijo aldea, dijo pelea, ¿eh? No solo en el asturianismo has vivido divisiones y escisiones. —Sí, pero, en la masonería, aunque rompas, no niegas la condición de masón de los demás. Nosotros estamos en una especie de hotel masónico en Gijón, en La Calzada. —Yo he estado un par de veces en una tenida blanca abierta de la logia Rosario de Acuña en un local de la calle Costa Rica. —Ése, ése. Ahí estamos cuatro logias de cuatro obediencias distintas. Pues bueno, la masonería me marcó bastante. […]
Como el lector puede apreciar, también el entrevistador «antifascista» ha estado en contacto, siquiera ligero, con la masonería.
Uno de los rasgos que caracteriza a los masones es su republicanismo fanático. Ello los lleva a despreciar el rango institucional de Asturias como Principado y a idealizar los desastres y desaguisados que fueron la I y la II Repúblicas Españolas. Los masones «asturianistas» suelen adoptar una visión provincial y provinciana. El mundo gira, para ellos, en torno a las Cuencas Mineras y el octubre del 34.
Otro personaje vinculado históricamente al fracasado —y ridículo en cifras— «asturianismo» político es el profesor jubilado de Economía, David M. Rivas. Rivas reconoce en otra entrevista reciente ser masón, aunque la masonería hispana se le hace muy poco glamurosa, y milita en la inglesa. Extraemos un pasaje de otra entrevista:
—¿Y está en una logia asturiana? —No, estoy bajo la disciplina de la Gran Logia Unida de Inglaterra. La masonería española dejó de interesarme hace tiempo. No porque sean peores, sino porque España es una sociedad muy mediocre, y por tanto todas las instituciones, también la masonería, son mediocres. Los políticos que tenemos son reflejo de lo que somos, ¿cómo que no nos representan? Son iguales que nosotros: y los curas, y los fontaneros y los masones. Luego aquí la masonería nunca tuvo mucha importancia, lo que pasa es que con eso del contubernio se magnificó su influencia en la sociedad. El franquismo, al acabar la guerra, abrió 50.000 procesos contra masones, y nunca hubo en España más de 5.000 en los mejores tiempos. Coincidía que los masones eran gente de nivel cultural alto, como mínimo medio-alto económico, y estaban en muchos sitios. Entonces había partidos, como los republicanos liberales, y Azaña es el típico ejemplo, en los que seguramente hubiera muchos, pero eso no quiere decir que la masonería montara el partido para tomar el poder. Hay bastante relación, por ejemplo, entre la masonería y el anarquismo: Kropotkin lo era, Bakunin lo era, García Oliver lo era. También en el socialismo asturiano, donde se supone que era masón Belarmino Tomás. Y Jovellanos, por ejemplo, que encarnaría la figura de un masón típico del XVIII, si lo fue no lo sabemos.3 Políticamente la masonería es mucho menos importante de lo que la gente cree.
Rivas fue candidato al Parlamento Europeo por la coalición de partidos fraccionarios, centrífugos y antiespañoles llamada «Europa de los Pueblos», en la que figuraban los asturianos separatistas de Andecha Astur. También fue candidato a la presidencia del gobierno autonómico por Andecha Astur, partido al que siempre estuvo muy vinculado. A su vez, todos los separatistas y asturianistas de izquierda guardaron siempre muchos vínculos con Podemos. Un intento de Xuntanza del Asturianismu como plataforma cívica de personas independientes, los separatistas y «asturianistas» de izquierdas la hicieron romper desde dentro, infiltrados, pues ya entonces se estaban formando los círculos de Podemos y siguiendo las consignas de los socialistas. El partido Podemos, surgido como marca blanca del PSOE para garantizar su presencia institucional en un momento de debacle del partido del puño y la rosa, apoyó, después, la candidatura de David Rivas para la Sindicatura de Cuentas. De su parte, Rivas apoyó al rockero podemita Xune Elipe, expedientado por su propio partido, y tenido como un referente del «asturianismo anticovadonguista». Su canción famosa, «Muammar» llama a la Reconquista «invento fascista», y dice en la letra el rockero: «Pelayu era un babayu», es decir, un imbécil.
El anticovadonguismo, ariete fundamental de la masonería asturiana, está, como puede verse, muy presente.
Xuan Begana
Notas de LAS LIBERTADES
Los carlistas estamos enteramente de acuerdo con la conmemoración del 25 de mayo de 1808, la declaración de guerra a Napoleón por la Junta General del Principado de Asturias. De hecho la Junta Carlista del Principado emite todos los años una declaración en esa fecha. Lo que resulta ridículo es la pretensión, ya vieja (los falsos asturianistas llevan con ella desde la década de 1970) de usarla como un sustituto laico de la fiesta de la Virgen de Covadonga. Porque ni siquiera es laico el recordatorio de una declaración de guerra «en obsequio de la Religión, de la Patria, y de la común felicidad», como literalmente decía.
En realidad, el nuevo bable, ahora llamado enfáticamente llingua asturiana por sus inventores, poco tiene ya que ver con lo que durante siglos hemos llamado bable ni con nuestras entrañables falas locales: de hecho su oficialidad sería la puntilla que acabaría con éstas, ya reducidas a la mínima expresión en la actualidad.