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Misas, peregrinaciones y confusiones

julio 23, 2021
El «Breve examen crítico del Novus Ordo Missae» (1969) es un documento que conviene leer y releer

Ha causado considerable revuelo una noticia de LAS LIBERTADES en las redes sociales acerca de una peregrinación a Covadonga anunciada para este mes de julio por una asociación denominada «Nuestra Señora de la Cristiandad – España». El nombre suena bien, si no se conocen sus motivaciones: es la traducción al español del nombre de la asociación francesa «Notre-Dame de Chrétienté», que en 1988 rompió la unidad de la famosa peregrinación tradicionalista de Pentecostés a Chartres, optando por la «línea media» del vaticanosegundismo con el adorno incongruente de la Misa tradicional (siempre que se lo permitan). Entre otros méritos históricos, la asociación francesa cuenta con los de la promoción de la «ikurriña» —la bandera separatista antivasca y antiespañola— y de los atuendos y comportamientos inapropiados para una peregrinación católica (en Internet pueden encontrarse y compararse fotografías de las dos peregrinaciones: la París-Chartres, que es la de «Notre-Dame de Chrétienté», y la Chartres-París, que es la más fiel a la original aunque haya tenido que invertir la ruta).

Ha habido frecuente participación carlista en dicha peregrinación francesa, antes de la división y, después de ella, en la Chartres-París. A la otra, la de «Notre-Dame de Chrétienté» se han apuntado en los últimos años unos pocos —muy pocos— falsos carlistas, democratacristianos de la FCTC (falsa comunión tradicionalista carlista). Con estos antecedentes se empezará a entender el recelo que en LAS LIBERTADES provocó la aparición de una imitación española de la peregrinación semitradicionalista francesa.

Nos consta la buena voluntad de los enlaces asturianos de este proyecto de peregrinación. Lo que tememos es que se hayan visto sorprendidos en su buena fe. Un vistazo a los «capítulos» de peregrinos anunciados en la página web de «Nuestra Señora de la Cristiandad – España» muestra, para quienes tengan cierto conocimiento del mundillo próximo al tradicionalismo (pero no tradicionalista propiamente) y de los «católicos» conservadores españoles, que muchos de ellos no sólo no han tenido nunca interés en la Santa Misa tradicional, objeto oficial de esta peregrinación, sino que en algún caso tienen historial de hostilidad hacia ella.

También aparecen entre los «capítulos» asociaciones supuestamente próximas al carlismo. En realidad ninguna de ellas lo es. Se nos ha dicho, por otra parte, que la organización ha prohibido el uso de boinas rojas y otros símbolos de la causa legitimista: motivo suficiente para que ningún carlista de verdad acuda.

Los términos utilizados por los organizadores, desde la consabida «forma extraordinaria del rito romano» (enviada al cajón de los absurdos caducados por el motu proprio vaticano del pasado viernes) hasta su afectado respeto por el Novus Ordo Missae, la «misa nueva», incomodan a cualquier católico fiel a la tradición.

Hete aquí que, como decíamos, el pasado viernes salió del Vaticano un motu proprio «Traditionis custodes» que anula e invalida otro, el «Summorum Pontificum» del año 2007, que a su vez corregía en parte el motu proprio «Ecclesia Dei» de 1988 y la imposición del Novus Ordo Missae de 1969.

Sin reparar ahora en la evidente ilegalidad de todos ellos ni en los numerosos errores doctrinales que contienen (novum, ergo falsum), salta a la vista que no pueden ser obra de la Iglesia. La Santa Madre Iglesia custodia la Fe y el culto divino: no los inventa y reinventa una y otra vez; no pueden los papas contradecir una y otra vez a sus antecesores y mantener al clero y a los fieles en una constante incertidumbre. Según este proceder, el motu proprio de este mes podrá anularse y contradecirse con otro emitido dentro de poco: y luego otro al revés, y así ad infinitum.

Lo interesante es que el motu proprio ahora derogado, «Summorum Pontificum», nunca fue aplicado ni respetado, por muy «legal» y vigente que fuese, en ninguna diócesis española. Menos aún en la de Oviedo. El único sacerdote que actualmente celebra en ésta la Misa tradicional lo hace sólo domingos y festivos de precepto, con máximas dificultades (la celebración pública se ha interrumpido varias veces por no encontrar templo que la acogiese). Los sucesivos titulares de la diócesis, Carlos Osoro y Jesús Sanz, no han hecho nada por remediar la situación. Los otros sacerdotes que mostraron interés, alguno que incluso había llegado a oficiar la Misa de siempre, se encontraron con que la legalidad presuntamente vigente no se les aplicaba, y abandonaron. «Summorum Pontificum» permitía siempre y sin necesidad de permisos diocesanos la utilización del Misal de 1962. Los miembros de la Conferencia Episcopal, en cambio, no.

Ese desprecio hacia lo que venía de Roma en 2007 contrasta con la ágil, urgentísima aplicación de la cuasi prohibición de la Misa tradicional. Sólo cinco días después de la publicación del irónicamente denominado «Traditionis custodes», Fray Jesús Sanz Montes lo ha aplicado a la peregrinación de la que hablamos. Y con burla y recochineo. Aparte de las risibles contradicciones en que incurre el franciscano conventual madrileño sobre lo que es y era legal e ilegal y ya no lo es, o sí lo es, o vaya usted a saber, prohíbe expresamente a los peregrinos que la Santa Misa tradicional se celebre en cualquier templo de la diócesis. Para colmo, habla directamente en nombre de los organizadores, cor unum: «Tanto los jóvenes de esta organización, como todos los obispos que estamos de veras en comunión con el Papa, acatamos filialmente sus disposiciones. En este sentido quiero aclarar a nuestra comunidad diocesana, en especial a los sacerdotes, cómo he procedido ante esta Asociación Ntra. Sra. de la Cristiandad ante el nuevo escenario canónico, con total aceptación por su parte».

Suponemos que también «filialmente», atención, Sanz Montes amplía por su cuenta las prohibiciones contenidas en «Traditionis custodes». Este motu proprio suprime la celebración de la Misa según el rito romano tradicional en las parroquias. El titular de la diócesis de Oviedo la impide también en su catedral y en el Santuario de Covadonga, que no son templos parroquiales.

Como se ha dicho, esa supuesta «comunión de veras con el Papa» de la que se jacta Fray Jesús no la ha aplicado, en lo que concierne a la Santa Misa, hasta el día 21 de este mes de julio. Es decir, no hasta que el nuevo cambio ha permitido volver a intentar imponer exclusivamente la nueva misa, expresión de la nueva fe de la nueva iglesia nacida del Vaticano II.

Y añade, para mayor escarnio: «No hay ningún problema, sin embargo, en celebrar allí la Santa Misa según el ordo litúrgico establecido por San Pablo VI [sic], pudiendo celebrar en latín y ad orientem». O sea, les da permiso, graciosamente, para celebrar la nueva misa, el Novus Ordo Missae, que no sufre (por desgracia) persecución ni dificultad alguna, ni —según la legislación vaticanosegundista— necesita permiso para celebrarse de cualquier manera. ¡Qué simpático, Fray Jesús!

¿Cómo han reaccionado los de «Nuestra Señora de la Cristiandad – España»?

Acogiéndose sin rechistar a otra genialidad de Fray Jesús Sanz: «Fuera de los templos e iglesias, los sacerdotes podrán celebrar la Santa Misa de campaña, observando la disciplina litúrgica y rúbricas con el Vetus ordo»; añadiendo el franciscano «siempre y cuando tengan autorización de sus Obispos correspondientes (Trad.Cust. art. 5)», lo cual, como él sabe bien, es casi imposible en España. Y añadiendo los organizadores expresiones de entusiasmo infantil y de servilismo bobalicón, en la línea de los «Papa-boys» y «Papa-girls» de las JMJ.

¿Cómo habrían reaccionado católicos verdaderamente adheridos a la tradición?

  1. Intentando que las Misas se celebren en los templos, niéguelo quien lo niegue. Es lo que se hace entre católicos: sólo se celebra fuera de los templos cuando no hay más remedio.
  2. En caso de no poder forzar la entrada, se habría recurrido a las Misas de campaña frente a los templos cerrados, poniendo de manifiesto que no se renuncia a ellos. Y se expresaría inequívocamente la protesta, no la adhesión a supuestas autoridades eclesiásticas que actúan de mala fe y contra la Fe.

Pero ya se ve que no es el caso de esta extraña peregrinación.

Una observación adicional. «Nuestra Señora de la Cristiandad – España» dice en su página de Twitter que organizan una «peregrinación anual [ya veremos] desde Oviedo al Santuario de Covadonga para contribuir a la restauración del orden social cristiano. 24 – 26 de julio de 2021». Resaltamos: «para contribuir al orden social cristiano».

Se da la circunstancia de que los «espontáneos» que han saltado en defensa de esta peregrinación en las redes sociales, en respuesta a nuestra noticia, muestran en sus perfiles de Twitter ser liberales, demócratas, constitucionalistas (al igual que Fray Jesús Sanz Montes, por cierto). Es decir: enemigos del orden social cristiano.

Quizá proceda volver sobre esto, y quizá LAS LIBERTADES lo haga. No parece fortuito, sino coordinado (aunque no muy hábilmente) el esfuerzo de ciertos grupos y tendencias por infiltrarse del campo tradicionalista; probablemente buscando quedarse con su bandera y ponerla al servicio de ciertas formas de liberalismo. Y se intuye, entre otros, al Yunque tras de ellos.

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La ganadería asturiana. Y la agricultura, la pesca, la minería…

julio 6, 2021

Estos días vuelve a hablarse —no lo suficiente, pues las deliberaciones de las instituciones europeas y de sus cómplices locales transcurren siempre en secreto casi masónico— de la nefasta PAC (la «política agraria común» de la Unión Europea) y de sus pésimas consecuencias para el campo asturiano. Cuyos ganaderos, los pocos que sobreviven, están sufriendo también la ofensiva de la propaganda sobre el «calentamiento global» y la contribución al mismo que, según dicha propaganda, estaría haciendo la ganadería. Por no hablar de los delirios veganos.

Históricamente en la ganadería asturiana ha predominado el vacuno. Casi siempre de aprovechamiento mixto (carne y leche, además de animales de tiro y carga), evolucionó durante el siglo XX hacia la producción principalmente láctea. Tras el desgraciado ingreso de España en la Comunidad Económica Europea y la entrada de las multinacionales y de los malos hábitos de consumo (la leche de larga duración, por ejemplo, fácilmente importada) promocionados por ellas, la tendencia se invirtió y hoy la producción cárnica se impone en el sector.

Los males que aquejan a la ganadería, y a la economía tradicional asturiana en general, empezaron hace mucho tiempo. Contra ellos se alzó la voz del Carlismo, que también señaló el camino que debía seguirse. En marzo de 1978, por ejemplo, la Junta Regional de la Comunión Tradicionalista del Principado de Asturias distribuyó una nota de prensa sobre el asunto, en cuya vigorosa redacción se adivina la mano de Jesús Evaristo Casariego. El día 28 de aquel mes la extractaba así el diario gijonés El Comercio:

Los caminos de Asturias se han cubierto estos días de tractores en ostensible, pero pacífica, manifestación que materializa una protesta justísima de los campesinos, entre los que figuran correligionarios y simpatizantes de la Causa que representamos.

Su actitud tiene todo nuestro apoyo, y se lo damos con total entusiasmo. Ya en 1976 manifestábamos nuestra postura bien claramente cuando el «Boletín Oficial del Estado» autorizaba la subida de la leche en 1,9 pesetas/litro, con el siguiente injusto y monstruoso reparto:

— Para las industrias o centrales lecheras, 0,9 pesetas.
— Para los vendedores, 0,7 pesetas.
— Para los transportistas, 0,2 pesetas.
— Y para los campesinos productores, 0,1 pesetas.

Es decir, que al campesino que con duro trabajo y riesgo crea la riqueza, sólo le correspondía una participación insignificante, la menor de todas, mientras que la parte más importante se la llevaban las industrias lácteas, muchas de ellas en manos de capitalistas extranjeros, y los intermediarios. Actualmente el ganadero recibe, aproximadamente, la mitad del precio pagado por el consumidor final.

Todo ello es consecuencia de «un orden social que no es el que representamos nosotros» como afirmó hace ya sesenta años el insigne carlista asturiano Vázquez de Mella, sino el orden del capitalismo liberal internacional, apoyado en el mundo occidental por los demócratas y socialistas domesticados, y contra el cual cuenta el Carlismo con casi siglo y medio de constante lucha en defensa de los auténticos intereses espirituales y materiales del pueblo español.

Pero no es sólo este problema de la ganadería. Ahí están también los de la agricultura, la pesca y la minería. Así, sabemos que el pescado vale en la rula la mitad que en el mercado, e igual ocurre con los productos del agro y la minería. Sólo una mitad de los precios que el pueblo paga va a parar a los sufridos agricultores, pescadores y mineros.

Mientras subsista el régimen socioeconómico actual defendido por los que se llaman demócratas y socialistas, izquierdistas o derechistas o centristas «europeizantes»; mientras sean dueñas del Estado estas democracias hedonistas materializadas, entregadas a los codiciosos grupos de presión multinacionales, con sus socialistas colaboracionistas: mientras se gobierne a medida de los agiotistas internacionales y sus lacayos de acá, el pueblo español seguirá siendo su víctima.

Frente al régimen imperante, nosotros, los carlistas propugnamos un orden socioeconómico nuevo y radicalmente distinto al de los demoliberales y socialistas. Un orden español que se constituya al servicio directo de los españoles, sin doctrinarismo copiado del extranjero con sus instituciones y leyes traducidas que no nos sirven, que vienen impuestas por esos grupos de presión internacionales que hoy por desgracia ya son dueños de la gobernación y la economía de España y que tan decisivo papel jugaron en las recusables elecciones últimas.

Como alternativa a esta situación, los carlistas propugnamos un orden nuevo y a la española. Entre otras soluciones proponemos la creación de poderosas cooperativas de producción y distribución y la reconstrucción de grandes propiedades colectivas del pueblo y a su servicio, que den autarquía a las instituciones y estamentos populares. Tal es la posición centenaria de nuestros pensadores y economistas.

Es llamativa la actualidad de lo afirmado en esta nota de hace cuarenta y tres años. Detengámonos en su último párrafo, para ponerlo en relación con noticias recientes. Desde hace algún tiempo funciona en nuestra región la Coordinadora de Montes Vecinales en Mano Común del Principado de Asturias, que busca la recuperación de los montes comunales arrebatados a los vecinos desde la Desamortización liberal en adelante. A pesar de ser ignorados y boicoteados por la administración autonómica, han ido logrando algunos avances. Lo cual irrita sobremanera al establishment liberal-socialista-europeísta, como demostró el feroz y falaz ataque que desde La Voz de Asturias les lanzó el 28 de mayo último el appáratchik socialista Joaquín Arce.

Esa misma irritación, esa misma ferocidad indican que, hoy como en 1978 y como en 1833, la solución está en la Tradición. Y que los esbirros de la plutocracia siguen dispuestos a combatirla.

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Para desarmarse de risa

octubre 16, 2012

La Milicia Nacional, etarras del siglo XIX.

Nota de la Comunión Tradicionalista del Principado de Asturias:

Se agradece a La Nueva España que no dé por buena la disparatada versión del origen del Desarme que ahora se apunta hasta a escenificar (con cargo a los bolsillos de los ovetenses, en estos momentos de recesión pavorosa) esa covachuela de lerdos, ignorantes y amigos de lo ajeno en que se ha convertido el Ayuntamiento de Oviedo.

Sin embargo, el loable propósito de mostrar la verdad de aquellos lejanos acontecimientos no se logra del todo en el artículo-entrevista «El Desarme, desarmado«. Dice su autor, Ángel Fidalgo: «A los carlistas ovetenses les gusta el menú del Desarme, pero desarman su historia. […] ¿Por qué lo hacen ahora y no antes? Porque el Desarme de este año va a adquirir una dimensión que hasta ahora no tuvo, ya que al tradicional evento [sic] gastronómico se sumarán una mesa redonda, la constitución de una cofradía y la recreación en la plaza del Ayuntamiento del desarme de las tropas carlistas a manos de los liberales».

Al Sr. Fidalgo le habría bastado la hemeroteca de La Nueva España para ver que los carlistas ovetenses desarmaron hace muchos años, y repetidamente después, la infundada historia de un supuesto desarme de tropas carlistas, que nunca existió. Y mucho menos a manos de los liberales ovetenses, una pandilla de cobardes cuyos dignos (por indignos) herederos sientan hoy sus posaderas en el consistorio de la Plaza Mayor, a la que dan el mal nombre de la Constitución.

Todavía hace dos años la Comunión Tradicionalista de Asturias recordaba: «El único episodio de las Guerras Carlistas que se aproxima a la fecha del Desarme, pero no coincide con la misma, es el paso de una columna de los Ejércitos del Rey legítimo Don Carlos V, columna que mandaba el General Sanz. Para proteger un tren de suministros y prisioneros se llevó a cabo un ataque de distracción contra la Milicia Nacional (liberal) que por entonces aterrorizaba Oviedo, que sufrió numerosas bajas. Pero el día 20 de octubre de 1836, dicha columna entró triunfalmente en Gijón, por lo que los hechos relatados no pueden corresponder al Desarme ovetense, que se refiere más bien a uno de los varios desarmes llevados a cabo por liberales moderados contra su propia Milicia Nacional, advenedizos convertidos en terroristas, equiparables tanto por su actuación como por su adscripción política a la horda socialista que arrasó Oviedo en octubre de 1934; aunque los liberales del siglo XIX mantuvieron por mucho más tiempo su dominio de terror, robos, confiscaciones, masivas detenciones arbitrarias y asesinato de numerosos ovetenses».

Como conocemos a don Efraín Canella, a quien se fotografía y cita en el artículo-entrevista de La Nueva España, nos da la impresión de que don Ángel Fidalgo se ha equivocado un poco en la transcripción. Es un enorme dislate decir que «el 1 de noviembre de 1833 … En esa fecha no había carlistas en Oviedo». El 2 de octubre de 1833 los Voluntarios Realistas de Talavera de la Reina proclamaron a Don Carlos V. Por supuesto que el 1 de noviembre de aquel año, y antes de esa fecha, había carlistas en Oviedo.

Claro que para errores de transcripción destaca el de «María Cuervo-Arango, presidenta [sic] nacional de la Comunión Tradicionalista Carlista, y Javier Valdés, presidente regional de esta formación». En la Comunión Tradicionalista no existen ni han existido nunca los cargos de presidente nacional o regional. La Comunión Tradicionalista está encabezada actualmente por el profesor José Miguel Gambra Gutiérrez, Jefe Delegado de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón. Ni la Sra. María Cuervo-Arango ni el Sr. Javier Álvarez Valdés ostentan ningún cargo en el Carlismo, ni se distinguen por sus conocimientos sobre su historia ni su doctrina.

Comunión Tradicionalista del Principado de Asturias

Apartado de Correos 2.044 · 33080 Oviedo

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