
Hoy es Miércoles de las Cuatro Témporas de Cuaresma. Parece un día adecuado para volver sobre lo que el Ayuntamiento de Oviedo nos hizo aguantar la semana pasada. Que es más o menos lo mismo que hacen año tras año desde el Gabinato: lean la entrada de LAS LIBERTADES con la misma ocasión del año pasado.
Por si no habían caído, el 22 de febrero fue el Miércoles de Ceniza. El comienzo de la Cuaresma. El Carnaval termina cuando empieza la Cuaresma. La Cuaresma es la razón de ser del Carnaval: por eso éste fue muriendo, porque los rigores de la Cuaresma fueron dejando de observarse. Por eso lo que ahora llaman Carnaval no lo es en realidad; es un festejo subvencionado y promovido desde los poderes públicos. Y los de Oviedo, el Ayuntamiento presidido por el «católico» Alfredo Canteli y gobernado por la coalición del Partido Popular y de Ciudadanos, se regodea en convertir la Cuaresma en su Carnaval. ¿Humo de las logias o simplemente estupidez y desprecio?
Como decía LAS LIBERTADES el año pasado, Canteli y su ayuntamiento desprecian y escarnecen la religión e impiden a los cristianos el recogimiento propio de este tiempo; se burlan del Miércoles de Ceniza, de la Cuaresma y de nuestra ciudad, además de convertir a Oviedo en objeto de mofa.
Es cierto que otros municipios asturianos hacen algo parecido (notorio ha sido este año lo de Arriondas, por ejemplo). En casi todos ellos empezaron a hacerlo en esta «democracia» con ayuntamientos de derechas. Curiosamente los ayuntamientos asturianos en manos de las izquierdas, cuando se inventaron este Carnaval (o Antroxu, como quieren algunos) del Régimen del 78, respetaron al menos las fechas tradicionales y no invadieron la Cuaresma.
Pero es que el Ayuntamiento de Oviedo no sólo se felicita, hasta en sus propios medios de comunicación, del supuesto éxito de su aquelarre a base de dinero público. Es que hace parecidos escarnios del cristianismo hasta en Navidad.
No hemos oído ni una voz eclesiástica condenando el nuevo atropello. Al fin y al cabo, como decía el año pasado el canónigo Tuñón Escalada, la relación con el Ayuntamiento siempre es cordial. Claro que el Cabildo también permite carnavaladas en la Catedral, y aun coopera en ellas. (¿Será por vanidad, o por simonía, como al cobrar entrada por acceder al templo?). Y es que en esta ciudad y en esta diócesis reina la abominación de la desolación.