Posts Tagged ‘Nuevo Orden Mundial’

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Los masones, el asturianismo y la identidad covadonguista

abril 20, 2023

Recibimos el siguiente artículo de Xuan Begana, que con gusto compartimos en LAS LIBERTADES por estar de acuerdo en lo fundamental, más allá de alguna discrepancia terminológica (véase, por ejemplo, nuestra entrada Verdadero y falso asturianismo; en el artículo de hoy se trata del falso asturianismo, evidentemente) y de apreciación (hoy el falso asturianismo vuelve a dejarse cortejar por la derecha, como Foro y PP, partidos en los cuales la masonería está seguramente tan presente como en los de izquierda; y hasta en Vox se puede rastrear su influencia).

El asturianismo político es un movimiento socialmente insignificante y hasta ridículo en sus resultados electorales. En él cohabitan dos principales tendencias: a) el ala más radical, de izquierdas, y con no pocos elementos separatistas; y b) el ala «de la llingua», que suele desconectar de cualquier problemática social y económica, y que se obsesiona casi única y exclusivamente por la cuestión de la oficialidad de la «lengua asturiana» o bable, que quieren alcanzar por encima de todo.

El pueblo asturiano lleva décadas dándole la espalda a tales sectores minoritarios que, en lo sustancial, han demostrado muy poca cordura en sus discursos y han servido más bien como caniches del PSOE e IU (actualmente son apenas un sector periférico de Podemos). El Principado de Asturias arrastra ya de por sí suficientes problemas como para que la gente, en su sentir mayoritario, se deje arrastrar por nuevos espacios y motivos de conflictividad. Bastante ya tienen los asturianos con el envejecimiento de la población, su desertización productiva, la enorme carga social de los «parásitos», esto es gente en edad de trabajar, pero con perpetua vocación por ser subsidiado de por vida. Bastante con los incendios, la contaminación, etc. Los separatistas y los actuales «bablistas» no ofrecen ningún remedio creíble, ni siquiera dan una imagen seria, unida, convincente. El asturiano medio, no ideologizado, ve en ellos, los «asturianistas políticos», a una especie de conjunto circense en donde hay de todo. Hay acróbatas, artistas del «alambre», pero abundan los payasos.

Lo peor para el asturiano medio, agobiado por una crisis y marasmo económico y social terribles, que se prolongan desde 1975, es observar que un sector minoritario le está intentando robar su identidad. Lo más destacable de la identidad asturiana está en su pasado: Asturias es la cuna de España. En esa región surgió el primer reino hispánico libre, que alzó la Cruz contra la invasión islámica. Los Reyes Caudillos astures, desde Don Pelayo hasta Alfonso III, pero también los reyes sucesores de éstos (los de León, Castilla, Portugal…) fueron reyes católicos cuyo empeño no fue otro que el de limpiar el suelo patrio de la invasión sarracena.

El papel destacado que tuvo la Batalla de Covadonga en la conformación de la identidad asturiana (allí nace ésta precisamente, a la par que la española) es un tema que la masonería quiere ocultar, cuando no combatir agresivamente. Fue Covadonga un hecho de armas y un milagro mariano. Fue el origen de Asturias y el origen de España: se podría decir que la primera «nacionalidad» de los españoles fue la asturiana.

Pero la masonería se empeña en atacar todo cuanto suene a católico y a español. Conspira y urde complots sin cesar, se infiltra por doquier.

Los más destacados líderes del «asturianismo político» son masones. Llevan años sepultando fechas, fiestas y elementos de nuestra identidad. Ahora, en lugar del día de la Santina (8 de septiembre), y conmemoración de la victoria asturgoda sobre los moros, hablan del 25 de mayo (la sublevación contra Napoleón), como fiesta regional.1 En lugar de la Monarquía Astur y los Reyes Caudillos, hablan del bable como (casi) única seña de identidad. Bable que es querido y hablado por muchos de nosotros,2 pero que no puede compararse a las egregias figuras de don Pelayo y los Reyes Caudillos, como estandartes de la asturianía.

Faustino Zapico, de ideología comunista, fue uno de los líderes del minúsculo «asturianismo político». Además de profesor de secundaria ahora es concejal de Izquierda Unida en un pueblo de la Cuenca Minera. Abiertamente, el líder «asturianista» se reconoce masón y es Gran Maestre: https://elfrancmason.com/nace-en-gijon-la-confederacion-internacional-de-logias-escocesas/

Se entiende el rechazo de este «asturianismo» de izquierdas a lo que ellos llaman, peyorativamente, «covadonguismo». La masonería es enemiga declarada de la Iglesia Católica y ésta, a su vez, ha condenado repetidamente a estas organizaciones iniciáticas y secretas, que nacieron con el fin de difundir el ateísmo y destruir la civilización cristiana.

Recientemente, en una entrevista sostenida con el periodista «antifascista» Pablo Batalla, Zapico respondió así a la pregunta: ¿Eres masón?

—Soy masón, sí, sí. Veintidós años llevo en la masonería.
—Ah, no lo sabía. ¿En qué logia estás?
—Mi logia se llama El Trabayu. Estamos en Gijón. La llamamos así en homenaje a una que funcionó en Trubia de 1872 a 1892, que era la logia El Trabajo; una logia de obreros de la fábrica de armas. Eran veintiocho obreros y un médico, y eran todos del Partido Republicano Federal. Bueno. Nosotros estábamos en El Derecho Humano, que es la organización internacional. La masonería, normalmente, se rige por organizaciones de ámbito estatal: la Gran Logia de España, que solo admite señores y creyentes; la Gran Logia Simbólica Española, que es mixta y es donde yo empecé de aprendiz; la Gran Logia Femenina, solo mujeres… El Derecho Humano es internacional. Nace en Francia en 1893, pero se extiende por todo el mundo. Y es mixta. Estábamos ahí, como digo, pero a finales del año veintiuno rompimos; se rompió la federación por la mitad. Y varias logias que quedamos por ahí montamos una nueva organización que se llama Confederación Internacional de Logias Escocesas.
—Cielos. Quien dijo aldea, dijo pelea, ¿eh? No solo en el asturianismo has vivido divisiones y escisiones.
—Sí, pero, en la masonería, aunque rompas, no niegas la condición de masón de los demás. Nosotros estamos en una especie de hotel masónico en Gijón, en La Calzada.
—Yo he estado un par de veces en una tenida blanca abierta de la logia Rosario de Acuña en un local de la calle Costa Rica.
—Ése, ése. Ahí estamos cuatro logias de cuatro obediencias distintas. Pues bueno, la masonería me marcó bastante. […]

Como el lector puede apreciar, también el entrevistador «antifascista» ha estado en contacto, siquiera ligero, con la masonería.

Uno de los rasgos que caracteriza a los masones es su republicanismo fanático. Ello los lleva a despreciar el rango institucional de Asturias como Principado y a idealizar los desastres y desaguisados que fueron la I y la II Repúblicas Españolas. Los masones «asturianistas» suelen adoptar una visión provincial y provinciana. El mundo gira, para ellos, en torno a las Cuencas Mineras y el octubre del 34.

Otro personaje vinculado históricamente al fracasado —y ridículo en cifras— «asturianismo» político es el profesor jubilado de Economía, David M. Rivas. Rivas reconoce en otra entrevista reciente ser masón, aunque la masonería hispana se le hace muy poco glamurosa, y milita en la inglesa. Extraemos un pasaje de otra entrevista:

—¿Y está en una logia asturiana?
—No, estoy bajo la disciplina de la Gran Logia Unida de Inglaterra. La masonería española dejó de interesarme hace tiempo. No porque sean peores, sino porque España es una sociedad muy mediocre, y por tanto todas las instituciones, también la masonería, son mediocres. Los políticos que tenemos son reflejo de lo que somos, ¿cómo que no nos representan? Son iguales que nosotros: y los curas, y los fontaneros y los masones. Luego aquí la masonería nunca tuvo mucha importancia, lo que pasa es que con eso del contubernio se magnificó su influencia en la sociedad. El franquismo, al acabar la guerra, abrió 50.000 procesos contra masones, y nunca hubo en España más de 5.000 en los mejores tiempos. Coincidía que los masones eran gente de nivel cultural alto, como mínimo medio-alto económico, y estaban en muchos sitios. Entonces había partidos, como los republicanos liberales, y Azaña es el típico ejemplo, en los que seguramente hubiera muchos, pero eso no quiere decir que la masonería montara el partido para tomar el poder. Hay bastante relación, por ejemplo, entre la masonería y el anarquismo: Kropotkin lo era, Bakunin lo era, García Oliver lo era. También en el socialismo asturiano, donde se supone que era masón Belarmino Tomás. Y Jovellanos, por ejemplo, que encarnaría la figura de un masón típico del XVIII, si lo fue no lo sabemos.3 Políticamente la masonería es mucho menos importante de lo que la gente cree.

Rivas fue candidato al Parlamento Europeo por la coalición de partidos fraccionarios, centrífugos y antiespañoles llamada «Europa de los Pueblos», en la que figuraban los asturianos separatistas de Andecha Astur. También fue candidato a la presidencia del gobierno autonómico por Andecha Astur, partido al que siempre estuvo muy vinculado. A su vez, todos los separatistas y asturianistas de izquierda guardaron siempre muchos vínculos con Podemos. Un intento de Xuntanza del Asturianismu como plataforma cívica de personas independientes, los separatistas y «asturianistas» de izquierdas la hicieron romper desde dentro, infiltrados, pues ya entonces se estaban formando los círculos de Podemos y siguiendo las consignas de los socialistas. El partido Podemos, surgido como marca blanca del PSOE para garantizar su presencia institucional en un momento de debacle del partido del puño y la rosa, apoyó, después, la candidatura de David Rivas para la Sindicatura de Cuentas. De su parte, Rivas apoyó al rockero podemita Xune Elipe, expedientado por su propio partido, y tenido como un referente del «asturianismo anticovadonguista». Su canción famosa, «Muammar» llama a la Reconquista «invento fascista», y dice en la letra el rockero: «Pelayu era un babayu», es decir, un imbécil.

El anticovadonguismo, ariete fundamental de la masonería asturiana, está, como puede verse, muy presente.

Xuan Begana


Notas de LAS LIBERTADES

  1. Los carlistas estamos enteramente de acuerdo con la conmemoración del 25 de mayo de 1808, la declaración de guerra a Napoleón por la Junta General del Principado de Asturias. De hecho la Junta Carlista del Principado emite todos los años una declaración en esa fecha. Lo que resulta ridículo es la pretensión, ya vieja (los falsos asturianistas llevan con ella desde la década de 1970) de usarla como un sustituto laico de la fiesta de la Virgen de Covadonga. Porque ni siquiera es laico el recordatorio de una declaración de guerra «en obsequio de la Religión, de la Patria, y de la común felicidad», como literalmente decía.
  2. En realidad, el nuevo bable, ahora llamado enfáticamente llingua asturiana por sus inventores, poco tiene ya que ver con lo que durante siglos hemos llamado bable ni con nuestras entrañables falas locales: de hecho su oficialidad sería la puntilla que acabaría con éstas, ya reducidas a la mínima expresión en la actualidad.
  3. Sabemos perfectamente que Jovellanos no sólo no era masón, sino que se oponía violentamente a la masonería. David Rivas es dado a la difamación y a la insinuación calumniosa, además de al papanatismo extranjerizante.
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La derecha es más laicista que la izquierda: el caso del Ayuntamiento de Oviedo

marzo 8, 2022

El pasado domingo era el primero de Cuaresma. El día anterior, Sábado después del Miércoles de Ceniza, sufrió Oviedo el «gran desfile del Carnaval». El domingo continuaban (y finalizaban, gracias a Dios) en la ciudad los festejos del «Carnaval» instituidos por el Ayuntamiento presidido por el «católico» Alfredo Canteli y gobernado por la coalición del Partido Popular y de Ciudadanos.

Como hace unos días señalaba LAS LIBERTADES en las redes sociales, el Carnaval termina cuando empieza la Cuaresma. Por lo que el Ayuntamiento de Oviedo, organizador de esta artificial carnavalada, desprecia y escarnece la religión e impide a los cristianos el recogimiento propio de este tiempo; se burla del Miércoles de Ceniza (que fue el pasado 2 de marzo, no se olvide) y de nuestra ciudad, además de convertir a Oviedo en objeto de mofa.

Este disparate sacrílego no es nuevo. El Carnaval (o, como algunos pretenden, el Antroxu) murió hace muchos años. Murió porque dejó de observarse estrictamente la Cuaresma, que antaño era tiempo de verdadera penitencia. Desaparecida ésta, el Carnaval dejó de tener sentido. Nunca había sido festivo oficial ni escolar, ni estaba organizado por los poderes públicos. Era espontáneo y popular, y en nada se parecía a las actuales carnavaladas municipales.

Los primeros ayuntamientos «democráticos» en manos de la izquierda decidieron reinventar el Carnaval, decretando, promoviendo y financiando estos jolgorios que son mezcla de fiesta infantil estadounidense, imitación cutre de Río de Janeiro y desfile del Orgullo sodomita. En Asturias fueron pioneros los de Gijón y Avilés, en manos del PSOE y de su muleta el PCE (más tarde Izquierda Unida). Pero al menos respetaron las fechas: el Martes de Carnaval se acababa la cosa.

Los de la derecha los imitaron, por supuesto. Y los ayuntamientos asturianos en manos del Partido Popular invadieron tranquilamente la Cuaresma con sus carnavaladas. Los más caracterizados, como eran los de Villaviciosa y Oviedo.

Alguno dirá que se hacía con el fin de promover el turismo, separando las fechas de «su» Carnaval de las de los concejos vecinos. Si fuera así sería ya bastante malo, por el profundo desprecio a la religión que denotaría. Pero no es sólo eso, como queda demostrado con mirar a las atrocidades que el Ayuntamiento de Oviedo perpetra durante las Navidades. Veamos las últimas.

Desfile de Santa Claus, renos y elfos, por las calles de Oviedo el día de Nochebuena de 2021. ¿Se puede caer más bajo? (Foto Paco Paredes / EFE)

La estrella ovetense de las pasadas Navidades fue… ¡Papá Noël! O eso decían el Ayuntamiento y los medios del régimen, porque siempre confunden el francés Papá Noël con el estadounidense Santa Claus. (En su descargo cabe decir que muchos franceses de hoy también los confunden). El Oviedo que sufre a Alfredo Canteli sufrió también hasta un desfile de Santa Claus, en plan versión pueblerina de Nueva York. «La idea es dinamizar la ciudad, su comercio y su hostelería», dijo la concejal del PP Covadonga Díaz, y subrayó que hay desfiles similares en otras ciudades (en otras ciudades en manos del extranjerizante PP). Por su parte, la concejal de Vox en el consistorio, Cristina Coto, acusó a Canteli de secularizar la Navidad ovetense: «Nos sorprende que Canteli, autodeclarado católico, secularice la Navidad ovetense con el desfile de Papá Noël». A la hora de entrar en detalles, la de la marca verde del PP no pudo, o no quiso, evitar caer en el ya manido sociologismo para sostener su acusación: «la religión mayoritaria en España es la católica». Resulta hasta divertido leer a Cristina Coto de la Mata criticar lo de Santa Claus. Porque antes de estar en Vox estuvo en FAC (Foro Álvarez-Cascos, alias Foro Asturias de Ciudadanos) y antes de eso en el Partido Popular, que abandonó el mismo año que Gabino de Lorenzo dejó la alcaldía de Oviedo. Y fue Gabino de Lorenzo, precisamente, quien secularizadoramente introdujo a Santa Claus (Papá Noël para sus adeptos carbayones) en las Navidades de la ciudad. Claro que él, adalid de la horterada, puso en las calles un trineo de Santa Claus… eléctrico. El de Canteli estaba tirado por renos de verdad. Si es que no se ahorran medios para que Oviedo sea cada vez menos ovetense.

También resultaría casi divertido, si el asunto no fuera tan serio, oír a la concejal de Vox quejarse de la secularización. Ella, que ha dado ejemplo de cristiandad «casándose» ante notario; que eso del sacramento está muy visto… Claro que en esto de la burla del sacramento, Alfredo Canteli también compite. Poco después de su elección, el «católico» alcalde ofició con gran pompa y boato y grandes muestras de satisfacción un «matrimonio» de sodomitas. Del PP, por supuesto.

Dejamos para otra ocasión ampliar el asunto con las relaciones aparentemente cordialísimas que estos consistorios de derechas mantienen con el Arzobispado. Su titular, Fray Jesús Sanz, sacó hace pocos días una de sus cartas semanales, dedicada al conflicto de Ucrania. Pide en ella no perderse en «batallas ideológicas», pero los términos en que se refiere a los implicados parecen sacados de las soflamas del PP o de Vox. No es la primera vez. A lo mejor en este liberalismo y esta extranjerización comunes reside el secreto de tan buen entendimiento con la derecha laicista.

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Cacicada antitaurina en Gijón

agosto 19, 2021
Plaza de toros del Bibio, Gijón (foto Nwalme)

Nota de la Junta Local de Gijón de la Comunión Tradicionalista:

La villa de Gijón y su alcaldesa son el hazmerreír de España entera. Hace un día Ana González Rodríguez (muy pocos gijoneses reconocen su nombre) decretó por sí y ante sí el fin de las corridas de toros en Gijón. El pretexto, los nombres de dos de los lidiados en la última Feria de Begoña: «Feminista» y «Nigeriano».

Da miedo pensar que la alcaldesa sea profesora de instituto (en excedencia, claro). Porque su ignorancia da para llenar enciclopedias. Los linajes o reatas de ganado bravo van recibiendo el nombre de la vaca de la que proceden. Para que esos nombres («contra los derechos humanos», según Ana González) hubieran llevado la aviesa intención que la ultraprogresista alcaldesa les atribuye, la conspiración habría tenido que empezar hace unas cuantas décadas…

Da miedo también que se ignore que hay constancia documental de festejos taurinos en Asturias desde hace más de mil doscientos años. Es decir: la tauromaquia es más antigua que casi todo lo que hoy consideramos típicamente asturiano.

Pero sobre todo dan miedo el desprecio a Gijón y a los gijoneses; la voluntad totalitaria, animalista y «políticamente correcta» que encuentra su más acabada expresión hasta la fecha en la citada alcaldesa. Una ovetense impuesta como candidata por el P.S.O.E., que ni siquiera vivía en Gijón (al principio de su mandato se empeñaba en que el coche oficial la trajese y llevase a diario a su domicilio de La Fresneda) y que desde 2019 avergüenza al concejo en el que caciquea con mal estilo y peor intención.

La fiesta de los toros y la Feria de Begoña deben mantenerse en Gijón. La que sobra aquí es Ana González Rodríguez.

Gijón, 19 de agosto de 2021.

Romances modernos de toros, guerra y caza, por Jesús Evaristo Casariego. Prólogo de Agustín de Foxá, epílogo de Manuel Machado. Ilustraciones de Antonio Casero, Jesús Bernal y Gustavo Doré. Madrid, 1945
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La ganadería asturiana. Y la agricultura, la pesca, la minería…

julio 6, 2021

Estos días vuelve a hablarse —no lo suficiente, pues las deliberaciones de las instituciones europeas y de sus cómplices locales transcurren siempre en secreto casi masónico— de la nefasta PAC (la «política agraria común» de la Unión Europea) y de sus pésimas consecuencias para el campo asturiano. Cuyos ganaderos, los pocos que sobreviven, están sufriendo también la ofensiva de la propaganda sobre el «calentamiento global» y la contribución al mismo que, según dicha propaganda, estaría haciendo la ganadería. Por no hablar de los delirios veganos.

Históricamente en la ganadería asturiana ha predominado el vacuno. Casi siempre de aprovechamiento mixto (carne y leche, además de animales de tiro y carga), evolucionó durante el siglo XX hacia la producción principalmente láctea. Tras el desgraciado ingreso de España en la Comunidad Económica Europea y la entrada de las multinacionales y de los malos hábitos de consumo (la leche de larga duración, por ejemplo, fácilmente importada) promocionados por ellas, la tendencia se invirtió y hoy la producción cárnica se impone en el sector.

Los males que aquejan a la ganadería, y a la economía tradicional asturiana en general, empezaron hace mucho tiempo. Contra ellos se alzó la voz del Carlismo, que también señaló el camino que debía seguirse. En marzo de 1978, por ejemplo, la Junta Regional de la Comunión Tradicionalista del Principado de Asturias distribuyó una nota de prensa sobre el asunto, en cuya vigorosa redacción se adivina la mano de Jesús Evaristo Casariego. El día 28 de aquel mes la extractaba así el diario gijonés El Comercio:

Los caminos de Asturias se han cubierto estos días de tractores en ostensible, pero pacífica, manifestación que materializa una protesta justísima de los campesinos, entre los que figuran correligionarios y simpatizantes de la Causa que representamos.

Su actitud tiene todo nuestro apoyo, y se lo damos con total entusiasmo. Ya en 1976 manifestábamos nuestra postura bien claramente cuando el «Boletín Oficial del Estado» autorizaba la subida de la leche en 1,9 pesetas/litro, con el siguiente injusto y monstruoso reparto:

— Para las industrias o centrales lecheras, 0,9 pesetas.
— Para los vendedores, 0,7 pesetas.
— Para los transportistas, 0,2 pesetas.
— Y para los campesinos productores, 0,1 pesetas.

Es decir, que al campesino que con duro trabajo y riesgo crea la riqueza, sólo le correspondía una participación insignificante, la menor de todas, mientras que la parte más importante se la llevaban las industrias lácteas, muchas de ellas en manos de capitalistas extranjeros, y los intermediarios. Actualmente el ganadero recibe, aproximadamente, la mitad del precio pagado por el consumidor final.

Todo ello es consecuencia de «un orden social que no es el que representamos nosotros» como afirmó hace ya sesenta años el insigne carlista asturiano Vázquez de Mella, sino el orden del capitalismo liberal internacional, apoyado en el mundo occidental por los demócratas y socialistas domesticados, y contra el cual cuenta el Carlismo con casi siglo y medio de constante lucha en defensa de los auténticos intereses espirituales y materiales del pueblo español.

Pero no es sólo este problema de la ganadería. Ahí están también los de la agricultura, la pesca y la minería. Así, sabemos que el pescado vale en la rula la mitad que en el mercado, e igual ocurre con los productos del agro y la minería. Sólo una mitad de los precios que el pueblo paga va a parar a los sufridos agricultores, pescadores y mineros.

Mientras subsista el régimen socioeconómico actual defendido por los que se llaman demócratas y socialistas, izquierdistas o derechistas o centristas «europeizantes»; mientras sean dueñas del Estado estas democracias hedonistas materializadas, entregadas a los codiciosos grupos de presión multinacionales, con sus socialistas colaboracionistas: mientras se gobierne a medida de los agiotistas internacionales y sus lacayos de acá, el pueblo español seguirá siendo su víctima.

Frente al régimen imperante, nosotros, los carlistas propugnamos un orden socioeconómico nuevo y radicalmente distinto al de los demoliberales y socialistas. Un orden español que se constituya al servicio directo de los españoles, sin doctrinarismo copiado del extranjero con sus instituciones y leyes traducidas que no nos sirven, que vienen impuestas por esos grupos de presión internacionales que hoy por desgracia ya son dueños de la gobernación y la economía de España y que tan decisivo papel jugaron en las recusables elecciones últimas.

Como alternativa a esta situación, los carlistas propugnamos un orden nuevo y a la española. Entre otras soluciones proponemos la creación de poderosas cooperativas de producción y distribución y la reconstrucción de grandes propiedades colectivas del pueblo y a su servicio, que den autarquía a las instituciones y estamentos populares. Tal es la posición centenaria de nuestros pensadores y economistas.

Es llamativa la actualidad de lo afirmado en esta nota de hace cuarenta y tres años. Detengámonos en su último párrafo, para ponerlo en relación con noticias recientes. Desde hace algún tiempo funciona en nuestra región la Coordinadora de Montes Vecinales en Mano Común del Principado de Asturias, que busca la recuperación de los montes comunales arrebatados a los vecinos desde la Desamortización liberal en adelante. A pesar de ser ignorados y boicoteados por la administración autonómica, han ido logrando algunos avances. Lo cual irrita sobremanera al establishment liberal-socialista-europeísta, como demostró el feroz y falaz ataque que desde La Voz de Asturias les lanzó el 28 de mayo último el appáratchik socialista Joaquín Arce.

Esa misma irritación, esa misma ferocidad indican que, hoy como en 1978 y como en 1833, la solución está en la Tradición. Y que los esbirros de la plutocracia siguen dispuestos a combatirla.

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España, víctima, una vez más, de la usura

abril 14, 2012


Recientemente, el diario The Wall Street Journal ha publicado un informe de la gestora Carmel Asset Management en el que, sin ningún pudor, afirman la conveniencia para estos (y otros) especuladores del hundimiento de España para así poder enriquecerse gracias a una de sus muchas triquiñuelas financieras. En este caso, a través de los Credit Default Swaps o CDS.
Para los lectores que desconozcan qué son estos instrumentos financieros, les daremos una breve explicación.

Los CDS son los instrumentos más modernos de Wall Street y constituyen, en su forma más simple, un contrato bilateral entre un comprador y un vendedor de protección. En este contrato el comprador se compromete a realizar una serie de pagos en el tiempo (primas) y el vendedor se compromete a cubrir parte, o el total, del crédito asegurado en caso de que éste no sea cancelado. Los CDS se utilizan en el aseguramiento de grandes corporaciones, paquetes de referencia crediticia (CDO) o en el aseguramiento de los bonos de deuda soberana, y se dieron a conocer tras el estallido de la crisis subprime. Su monto mínimo de operación es de 10 millones de dólares. Pueden ser a 1 año, 2, 3, 5 años o 10 años; pero también se aplican a plazos más cortos.

Los contratos de CDS han sido comparados con los seguros porque el comprador paga una prima y a cambio recibe una suma de dinero si la causa de impago especificado en el contrato se produce. Sin embargo, existen diferencias importantes con los seguros, de las cuales las más relevantes son que el vendedor no requiere ningún tipo de regulación, y que no está obligado a mantener ningún tipo de reserva para pagar a los compradores. Además, mientras el contrato de un seguro ofrece una indemnización por las pérdidas efectivamente producidas por el titular de la póliza (incendio, robo, accidente de tránsito), los CDS establecen un pago similar a los titulares, sin que exista ninguna pérdida real para ellos.

Estas características de los CDS son las que permiten a los inversores asegurar el riesgo de sus operaciones; pero también especular sobre la calidad crediticia de la entidad o del paquete de títulos. Es decir, se apuesta por una ventanilla comprando paquetes de inversiones, obligaciones de deuda colateralizada (CDO) o paquetes de deuda soberana, y por la otra ventanilla se adquieren los segurosCDS en caso de que la operación fracase. Esto fue así con las hipotecas subprime, como las de Fannie Mae y Freddie Mac, donde los grandes bancos, junto a la compra de los paquetes de valores con respaldo hipotecario (Mortgage Backed Security, MBS), u obligaciones de deuda colateralizada (CDO), los aseguraban con CDS. De esta forma ganaban por la vía normal (el pago de intereses) y también ganaban por la vía de impago (el cobro del CDS, o seguro de incumplimiento) cuando el negocio fracasaba. Por esta razón los CDS, si bien existen desde 1990, sólo se dieron a conocer tras el colapso de las hipotecas subprime, el año 2008.

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Pues bien. Estos tipejos se jactan de sus posibles ganancias (hasta un 300%) si España se hunde.
Mientras, nuestro gobierno (de ocupación) calla. Y calla porque sus miembros, como buenos cipayos del nuevo orden mundial, no hacen sino lo que les ordena la banca, la Unión Europea y demás instituciones bajo las que nos han sometido.

Calla también el pobre pueblo español. Un pueblo adiestrado para no pensar; y en el extraño caso de que eso ocurra, para mirar hacia otro lado. Al fin y al cabo, siempre nos quedará el fútbol…

A continuación les dejamos el enlace del citado informe

Informe de Carmel: The Pain in Spain

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